viernes, 3 de febrero de 2017

‘Vivir y otras ficciones’. Cuando la norma es la anomalía


Jo Sol es director de cine y guionista. Presentó su película ‘Vivir y otras ficciones’ en la sección oficial del festival de cine de Donostia, Zinemaldia. El pase de estreno culminó con una interminable lluvia de aplausos que emocionó a parte del equipo allí presente, incluidos sus protagonistas, Antonio y Pepe. Es la tercera vez que Jo Sol participa en el Zinemaldia; antes presentó ‘El taxista ful’ (2005) y ‘Fake orgasm’ (2010), el imprescindible documental con el artista transgénero Lazlo Pearlman. Sol define su propuesta como “cine de urgencia”. 

‘Vivir y otras ficciones’ es una película sobre personas que se atreven, precisamente, a vivir, a ser. Gente que no quiere sentirse como un cocodrilo en un zoo. Pepe acaba de salir del psiquiátrico después de estar en prisión por haber robado taxis. Antonio, por su parte, vive atado a una silla de rudas, es activista a favor de las personas con diversidad funcional y defiende el derecho de todos los cuerpos a disfrutar de la sexualidad. Invitan a quien quiera a asumirse como una anomalía. Eso sí, advirtiéndonos de que atreverse a vivir significa tener problemas con la vida.

La música es de Niño de Elche. La película se realizó con un presupuesto de 10.000 euros, una pequeña parte financiada mediante crowdfunding, gracias al apoyo de 360 mecenas.

¿Ficción o documental?

A la gente le cuesta saber si ha visto una película o un documental y creo que se debe a dos cuestiones. Por una parte está esa precariedad que yo llamo cine urgente, esas cosas que se hacen porque crees que se deben hacer. Eso le da un aspecto que por su forma parece que es un documental. Otro motivo por el que la gente lo confunde es porque la película no pone en el centro sus cualidades artísticas, no tiene voluntad de lucirse como obra cinematográfica, sino que lo que pone en el centro es un discurso y eso se ve muy claro. Cuando tú rompes el espectáculo por esos dos flancos, por la forma y el contenido, automáticamente te colocan en el cine documental. Lo que destaca de la película es una autenticidad rabiosa porque no ha sido creada para cumplir o encajar con un mercado, sino que ha sido hecha por esa necesidad de decir algo, de expresarse, y de hacerlo con lo que se puede, al precio que sea. Eso es lo que hace que sea muy espontánea, muy viva. Realmente, esa confusión que genera es uno de los temas claves de la película, pero no porque sea importante para la película en sí misma o para entenderla. Pero sí que muestra un poco la manera de pensar de la gente respecto a cosas que son importantes como el género: como la necesidad de saber si es niño o niña. Es una cosa que siempre me ha sorprendido mucho, esa necesidad de definir algo porque como no tenemos un lenguaje para definirlo, lo que acabamos haciendo es generando conceptos que funcionan por oposición y, claro, vivir así es mucha tristeza en el fondo.
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Más:
http://www.pikaramagazine.com/2017/02/vivir-y-otras-ficciones-cuando-la-norma-es-la-anomalia/

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